domingo, 9 de mayo de 2010

Orates y guajes

Unos tipos descarados, deslenguados pero serios que te la lían en el escenario, claro. Gijonudos, amantes del buen yantar, del levantamiento de vidrio (moderado), de echarse, incluso, unos buenos pedos, si se tercia, tras la obligatoria alubiada. Gente del rock, gente, por lo tanto, maja. Guitarra, bajo y batería como debe ser; si las cosas se hacen bien no hace falta nada más ¿o si?. Miren a Ramones, Nikis, Escorbuto. Sin aderezo ninguno, la música más cruda la practican estos muchachos astures:los Doctor Explosión (con acento en la "o", como ellos gustan comentar). ¿Quién no baila en el guateque de marras cuando suenan jits como Surf Talibán, Mata a la Tuna, Rompí la Televisión o ese pedazorr de Drácula ye-yé que no se lo salta un gitano? Aquí les traigo de su último disco este Chesterfield Childish Club, adaptación garajera al dente del original ("La noche del sádico") de Larry and the Blue Notes. Y es que, permítanme parafrasear/adaptar cierta (basta) frase de la excelente película Night of Loving Dangerously (1984, Michael Phillips); " si no se te pone dura con los Explosión (allí era al contemplar determinada beldad lolitesca) es que estás muerto". La cursiva es mía. Señoras y señores, ¡al rock!



Tras la escucha del original "La noche del sádico" (¡que gran título!) no me resisto a conminarles a la escucha de tan fina canción. Larry and the blue Notes, ya digo, estamos hablando del año 1965 (o algo así). Cotejen, contrasten, comparen, columbren los más atrevidos. De ésta no salen decepcionados; palabra de belga.

No hay comentarios:

Publicar un comentario