
Me complace anunciar el próximo concierto que tendrá lugar este sábado en la sala Clamores. Desde Madrid, los reyes del Hunka-Hunka, los incomparables Imperial Surfers. Acudan, bailen, departan, degusten, la diversión está asegurada.
Crochet de izquierdas
Perla, la pantera del Paralelo
Trío Anónimo. Variedades
Las Hnas. Ballesteros; equilibrio extremeñoEl rey del bolo-punch; el Sr. Carrasco
Arturo sabe de su sex appeal. Profundo conocedor del arte del flirt, procura agradar allá donde va. Coqueto como pocos, Arturo se ha granjeado una merecida fama de cansadamas. A la mínima, Arturo ya se ha ganado a la azafata del programa televisivo de turno. Arturo se dedica al mundo del espectáculo y todo él es puro espectáculo. Pero, no se crean no, Arturo es un hombre hecho a sí mismo. Arturo es un ganador, despide charme, su simpatía no conoce fronteras. Pero Arturo- como gusta él recordarlo- se lo ha currado. Arturo nace antes de la guerra (española, se entiende). Arturo pasa penurias como todo hijo de vecino. Su familia pronto le inculcará sólidos principios. Arturín, está bien que no te guste la mina, pero hijo mío para ser alguien has de trabajar. Alérgico al grisú, nuestro Arturo pronto encuentra una vocación. En la prensa deportiva ojea los logros que por entonces encumbran a nuestros boxeadores. Urtain y Uzcudun son mozarrones del norte como él, pero Arturín es mas fino que los gallardos mozalbetes vascones. Un par de peleas de barrio, y ¡zas!, el chico no parece malo. Llega a ser campeón de provincia. Sin embargo, a "El tigre de Piles" (pues así se le conoce), tras un durísimo combate con un armario guaje, le entra miedo. Mamá, esto del boxeo puede ser -es, de hecho- muy duro; lo dejo. Entre ceja y ceja a nuestro Arturo ya se le ha metido otra meta, no cabe duda que más estilosa: quiero ser artista, y a bien que lo voy a conseguir.