
¿Ah, pero que ustedes aún no han oído hablar de Los Soberanos, egregio -amén de abstemio- septeto barcelonés especializado en música de gusto moderno? ¿Pero que no han asistido a ninguna de sus veladas en las que, impecablemente ataviados (no en vano son clientes de la incombustible sastrería Garvy, la misma que vistió a Los Salvajes, Cheyenes y demás melenudos) animan a la juventud a bailar con ritmos sincopados del ayer? ¿No han contemplado
in situ la correctísima y stoniana ejecución del batería del conjunto? ¿No se han desternillado con las chanzas que Ivo,
frontman, todo facundia, entre canción y canción nos regala a la incondicional platea? ¿Aún, digo, no saben que han fichado a un trompeta, de muy español nombre Jorge, el "Rudy Ventura" de Tossa de Mar? ¿Desconocen que es el único grupo de la piel de toro que ensaya -tras obligada parada táctica (esto es, para abrevar) en la calle Sagunto- con un órgano Farfisa del año pum? ¿Que sus dos bellas coristas tienen amplia formación, y bien que lo demuestran en vivo, en las bandas del ñoñipop catalufo? ¿Que sus dos guitarras -solista y de bajos-, en fin, son irredentes fans del balompié, deporte declarado ya soberano? No se preocupen, zánganos, Padre dice que todo tiene solución. Rebusquen de entre el desván de su abuelo, encuentren ese rancio disco de los Xey que tantas alegrías -Oh, pepita- les dio. Desempolven de su armario esa camisa con chorreras que le hacía sentirse el más moderno de la romería de su localidad costera. Acudan a la barbería del señor Julián, sí ésa, la de la esquina de su barrio, hoy día semiolvidada ante la ingente y lamentable proliferación de centros de estilismo. Y este sábado, como dios manda, pues preséntense en la remozada sala Siroco (c/San Dimas,3) hechos unos pinceles. Me place conminarles a la velada que los titanes del sonido ye-yé ofrecerán este
sabato sera a partir de las 22.00h. Amenizando el guateque estará a los platos un erudito de las músicas con las que nuestros viejos conocieron el amor: el maestro Juan Carlos ye-yé. Diversión, por lo tanto, más que asegurada. Acudan, disfruten, flirteen por qué no, fumen (Ducados,
of course), trasieguen con moderación, de más está decirlo. Poco más se puede pedir, compañeros, acaso si no hubiera coincidido con cierto partido que se jugará en la bella localidad de San Sebast... pero esa es otra historia.